En 1965 un asturiano de la localidad de Siñeriz, Severino López, decidió emigrar a Sevilla y levantar una fábrica de embutidos. A paso lento pero firme, dicha empresa comenzó a crecer, hasta convertirse en la empresa que a día de hoy todos conocemos, Montealbor.
Actualmente el negocio familiar se encuentra al mando de sus hijos, quienes han decidido conservar la esencia de la marca, sin dejar de crecer e innovar, siempre adaptándose a las nuevas, necesidades del mercado, consumidores y hábitos de consumo.
Desde hace más de 50 años esta empresa agroalimentaria sevillana se ha caracterizado por la producción de productos cárnicos, destacando como alimento estrella, los callos. Sin embargo, y a pesar de que hoy día el 50% de estas ventas siguen siendo embutidos, han decidido seguir creciendo y avanzando en todos los niveles, desde sus instalaciones, su portfolio de productos, y empleados. De este modo, entre 2013 y 2018 consiguieron doblar su facturación, incrementando de 3 a 6 millones, y creciendo de 28 a más de 40 empleados.
Adaptación a los nuevos tiempos
Fue en 2018, cuando ampliaron sus instalaciones en el Polígono Polysol de Alcalá de Guadaíra. Siendo uno de los principales motivos de esta modificación la racionalización de los diferentes procesos de producción y optimización de los recursos. Para Montealbor es muy importante velar por el desarrollo sostenible, y siempre trata de enfocar sus actividades y procesos teniendo en cuenta y favoreciendo al medio ambiente. Un ejemplo de esto es que siempre trata de impulsar energías renovables.
En relación con sus productos, han incrementado no solo los ingresos, sino que han afianzado la imagen de marca gracias a la incorporación a su lista de productos de salsas tradicionales, como el mojo picón, la salsa verde, y la salsa al whisky, y los platos preparados, que son actualmente dos de sus líneas principales de negocio.
Las salsas han introducido a esta pyme en el ranking de Alimarket, abordando así nuevos nichos, gracias a la diferenciación y los avances en comunicación. En 2016 consiguieron entrar en la empresa estadounidense Kroger, el tercer distribuidor mundial de alimentos, lo que significó un tremendo éxito a nivel internacional. Como bien afirma, Alfredo López, “El camino de la internacionalización de las empresas es una tarea que requiere planificación, recursos y una buena dosis de paciencia y cuando los resultados comienzan a mejorar el premio es doble.»
La filosofía que les caracteriza de crecimiento “lento y sostenido” ha permitido que 50 años después siga evolucionando pero sin perder la esencia que les ha caracterizado desde el primer día.
Montealbor
Más de 50 años a tu lado